Por iniciativa municipal se construyó en 1.966 con objeto de alojar en él la Feria del Ganado. En 1.977 el edificio fue vendido a la Diputación Foral de Alava y en 1.987 se lleva a cabo la pavimentación del solado interior. A partir de ese momento el edificio pasa a llamarse Recinto Ferial de Betoño.
En mayo de 1.990 las Juntas Generales toman el acuerdo de acometer las reformas necesarias para habilitar el Recinto Ferial de Betoño como pabellón provisional con una capacidad de 5.000 espectadores. En un plazo de 4 meses se realiza el proyecto, se adjudican las obras y se terminar las obras.